Este 3 de febrero de 2020 murió George Steiner, uno de los grandes eruditos de nuestra época, guardián de los mejores frutos de la civilización y amante de todas las formas de la belleza y el conocimiento.
Con Steiner muere también una forma de la erudición que hoy se ve cada vez menos. La del ser humano interesado genuinamente en todos los ámbitos de la cultura que dieran cabida a las mejores expresiones de nuestra creatividad. La literatura, la música, la filosofía, las artes: todo ello mereció la atención de Steiner por el hecho de que ahí encontró siempre los vehículos idóneos para desarrollar las mejores capacidades del ser humano.
Fiel a esta convicción, Steiner encontró fundamentalmente en el ensayo la manera de compartir su saber adquirido. Buena parte de sus libros son estudios amplios, sólidamente documentados e hilados con primor en torno a los temas que lo inquietaron a lo largo de su vida. El lenguaje, el poder transformativo del arte, el genio literario, la recepción de las obras creativas y el efecto de las obras de arte sobre el curso de la historia, entre otros.
Asimismo, cabe mencionar que Steiner cultivó también la escritura de artículos de opinión destinados a la publicación en diarios y revistas (entre otros, The Times Literary Supplement, The New Yorker, The New York Review of Books), una suerte de subgénero del ensayo que aunque veces tiene el defecto de obedecer a la urgencia del momento, a la novedad o a la moda de ciertas temáticas, en su caso nunca estuvo exento de una visión mucho más amplia. Por decirlo de algún modo, aunque comentara la actualidad, en la mirada de Steiner cupieron siempre otros horizontes, tanto los del vasto legado cultural de épocas pasadas, como el horizonte de cierta perspectiva de futuro confiada en la capacidad civilizadora de las artes creativas. Gracias a esta cualidad, muchos de esos comentarios fueron después la base de varios de sus libros. Obras como Lenguaje y silencio, Gramáticas de la creación o Sobre la dificultad y otros ensayos son, por ejemplo, fruto de esa actividad, ininterrumpida durante varias décadas. Por lo demás, como comentario al margen no deja de ser sorprendente que los temas elegidos por Steiner –la filosofía clásica, la música de Arnold Schönberg o la manera de leer a Kafka, por citar algunos del vasto panorama que abarcó– hayan tenido cabida en las páginas de periódicos, revistas o suplementos literarios. Sin duda, la época en que Steiner vivió y trabajó tuvo una sensibilidad hacia la cultura que hoy en día está desapareciendo, la suya fue una época en que la erudición todavía tenía un valor y un reconocimiento social que hoy, en estos días de trivialidad e ignorancia, parecen estar desvaneciéndose.
Sea como fuere, aquí una breve muestra del trabajo de George Steiner.
Sobre la dificultad y otros ensayos
Una colección de ensayos que tienen como faro el que le da nombre al libro, una exploración sobre la cualidad de lo “difícil” según ha aparecido en distintas obras artísticas y del pensamiento, así como los desafíos que implica descifrar dicha dificultad una vez que las olas del tiempo y la cultura cambian las formas en que leemos, por ejemplo, la Comedia de Dante o los Cantos de Pound.
Lenguaje y silencio
Como decíamos, esta es una reunión de varias contribuciones que Steiner dio, a lo largo de la década de 1960, a diversas publicaciones periódicas. Autores tan diversos como Kafka, Claude Lévi-Strauss, Marshall McLuhan, Shakespeare o Thomas Mann pasan por el lúcido intelecto de Steiner, junto a temas específicos como la poesía, el lenguaje o la música.
La idea de Europa
En este opúsculo (nacido originalmente de una conferencia dictada por Steiner en el Instituto Nexus de Ámsterdam), Steiner examinó las fuentes de donde surgió la idea de Europa, sin duda una de las más poderosas en toda la historia de la civilización humana. Con una profunda sensibilidad hacia la historia del pensamiento, Steiner traza una peculiar “biografía” de la intelligentsia europea y los sueños que dieron como resultado dicha cultura.
Diez (posibles) razones para la tristeza del pensamiento
En este libro breve, Steiner utilizó su vasta erudición para explorar uno de los motivos recurrentes del pensamiento occidental: la idea de que la conciencia de sí oscurece la existencia humana con la sombra de la tristeza. ¿Pensar nos hace tristes? Esa es la pregunta con la que Steiner recorre en esta obra diversos momentos de la filosofía, la literatura y las artes de Occidente, desde la antigüedad hasta la época contemporánea.
Lecciones de los maestros
Uno de los libros más admirables de Steiner, en el cual explora el lugar que el magisterio ha tenido en la cultura occidental, desde Sócrates y Platón hasta los días de Martin Heidegger y Hannah Arendt.
Los logócratas
En esta obra Steiner se propuso exponer la importancia que el lenguaje tiene para el ser humano (ser como existencia y como devenir), bajo la premisa paradójica de que aunque el lenguaje no nos pertenece, nos es único y nos constituye.
Este libro es un tanto más exigente para el lector, pues en él abundan las referencias a autores no del todo conocidos, populares o seriamente leídos como Joseph de Maistre, Martin Heidegger o Walter Benjamin.
Cabe mencionar, no obstante, que la segunda parte es una defensa elocuente y conmovedora de la cultura del libro y sus bondades para la civilización, la cual siempre debe estar en guardia contra “aquellos que queman los libros”.
Fragmentos (un poco carbonizados)
Como una variación del motivo literario del “manuscrito hallado” (que tiene ejecuciones en Poe, Borges y Cortázar, por mencionar a algunos autores), Steiner emprendió en este libro el juego de interpretar los aforismos incompletos de un antiguo pergamino encontrado en las ruinas de una biblioteca. Un ejercicio doble de erudición y ficción literaria.
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