domingo, 15 de marzo de 2020

LA HERMOSA PELÍCULA DE LOS SESENTA JULES E JIM

En la muerte de Hessel  Jules, Jim, Catherine y Stèphane


Un fotograma de 'Jules et Jim'.
Un fotograma de 'Jules et Jim'.
  • Hessel fue el hijo de dos de los amantes del triángulo retratado por Truffaut
Cualquiera que haya visto la película escuchará los nombres de 'Jules et Jim' (mejor en francés) y echará a soñar. Bueno, pues que sea justo y sueñe también con los nombres de 'Franz et Stèphane'. El recién fallecido Stèphane Hessel fue el hijo de Helen Grund y Franz Hessel, dos de los lados del triángulo que François Truffaut retrató en la película del título antes nombrado. La de Jeanne Moreau vestida de pillo, con el bigote pintarrajeado en su cara cruzando un puente a la carrera junto a sus dos amantes. Suspiro.
La historia, basada en el relato 'del otro', Henri-Pierre Roché, es más o menos sencilla. Dos amigos íntimos se enamoran de la misma chica. Uno antes, el otro después, pero los dos con sentimientos honestos y tiernos. En vez de enfurecerse y de dirigirse al desastre, los tres amantes se acompañan, se quieren y se divierten. No hay transgresiones sexuales ni momentos dramáticos. Aparece la guerra que los separa (Jules y Catherine son franceses, Jim, alemán), la distancia y la edad, de alguna manera a los chicos les va mal... pero algo noble sobrevive siempre en su triángulo.
Y eso, en una película de 1962 con estética del París proustiano (Hessel padre fue el primer traductor al alemán de 'En busca del tiempo perdido'), con esa manera de hacer cine de Truffaut, por un lado muy libre y ligera, por el otro, muy formal y clásica (al menos, en comparación con el de su amigo/enemigo Jean-Luc Godard) y con esa voz en off y ese nosequé de película novelesca francesa de toda la vida.
Casi todo en 'Jules et Jim' descansa en el encanto de los contrastes. El contraste entre ese amor tan contracultural y ese atrezzo belle èpoque. El contraste entre la frescura de la relación entre Jules, Jim y Catherine (los nombres de los personajes en la novela y en la película) y la prosodia de un relato contado un poco a la antigua, casi con naturalismo. El contraste, también, entre el esfuerzo por ser alegórico (de nuevo, volvemos a la escena del puente, cuando Catherine y sus chicos intercambian sus papeles) y la sencillez con la que ocurren sus cosas.
Y el contraste también con 'Al final de la escapada' de Godard. Más aún que 'Los 400 golpes', áspera y claustrofóbica, 'Jules et Jim' ha quedado como el gran icono en la obra de Truffaut, su equivalente de 'Al final de la escapada'. Su complemento, lírico, sentimental y en el fondo, optimista. Truffaut dejó caer en alguna película que sabía que 'Jules et Jim' no era su mejor película, pero...
Pero estaba Jeanne Moreau, claro. Moreau es tan inolvidable o más que Jean Seberg en la película del cineasta suizo. Puede que para disfrutar en plenitud de 'Jules et Jim' haya que tener 20 años; para enamorarse de Jeanne Moreau, no.

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