K. KRAUS EXPLICA LO QUE REALMENTE SIGNIFICA SER CONOCIDO

Que la cultura es la quintaesencia de todo lo que se ha olvidado es una noción correcta. Más allá de ese punto, la cultura es una enfermedad y una carga para quienes rodean a la persona educada. Una reforma de la escuela secundaria que se esfuerza por abolir la enseñanza de lenguas muertas sobre la base de que no serían útiles para la vida es ridícula. Solo si fueran útiles para la vida deberían ser abolidos. paraque ciertamente no nos ayudan a encontrar nuestro camino a través de los monumentos de Roma o Atenas. Pero nos siembran la capacidad de imaginar esos monumentos. La escuela no sirve para acumular conocimiento práctico. Pero las matemáticas limpian los rieles cerebrales, e incluso si tienes que trabajar duro para recordar las fechas que, tan pronto como dejas la escuela, olvidas de inmediato que no duele. Incorrecto es solo la enseñanza del alemán. Pero a cambio aprendes el idioma a través del latín, que también tiene este mérito especial. Quien crea hermosos temas se convierte en un vendedor alemán. Cualquiera que los lastime y, a cambio, sea bueno en latín, tal vez pueda convertirse en un escritor alemán. Lo que la escuela puede hacer es producir esa vaga niebla de seres vivos de la cual un individuo se escapa. Si, después de tantos años, todavía se sabe de qué drama clásico y de qué acto se toma una cita determinada, la escuela ha fallado. Pero si uno no tiene idea de dónde podría estar esa cita, entonces él es una persona verdaderamente culta y la escuela ha logrado su propósito.
Una gran cultura es una farmacia bien surtida: pero no hay forma de asegurarnos de que no se nos traiga cianuro para curar un resfriado.
La cultura pende de él como un maniquí. Los eruditos de ese tipo son, en el mejor de los casos, modelos en el desfile del progreso.
El valor de la cultura se revela más claramente cuando una persona culta toma la palabra sobre un problema que está fuera del alcance de su cultura.

KARL KRAUS, dicho y contradicho